La terrible historia de Gemma Botifoll, de 32 años, ocurrió en el 2008, pero accede a rememorarla ahora con la intención expresa de disuadir al ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, de su intención de dejar a otras mujeres en las circunstancias por las que ella pasó, sin amparo legal ni sanitario, y sola ante la decisión de traer, o no, al mundo a un ser sin la parte central del cerebro, ciego, incomunicado, inmóvil y deforme, hasta morir así al cabo de uno o dos años.
|
etiquetas: aborto , ley