O sea, que el Gobierno del PP modificará la actual Ley sobre "la interrupción voluntaria del embarazo" y eso no evitará ni un solo aborto. Abortará el mismo número de mujeres que antes, pero abortarán peor. Las mujeres ricas lo harán en clínicas privadas con aspecto de gimnasio "exclusivo" como si acudieran a restaurarse el último retoque de pechuga. Lo mismo que sus hijas, acompañadas de mamá o de una amiga zangolotina. Después, el domingo volverán a misa, porque los engorros, ellas lo saben bien, están para eliminarlos
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