Después de tocar un pasamanos metálico, el picaporte de una puerta o un trozo de acero a menudo la mano huele a lo que parecer ser un olor metálico. Sin embargo por lo visto el metal no huele a nada, y el olor en realidad procede de la reacción instantánea que produce el contacto del metal con sustancias corporales existentes en la piel, como el sudor (vía Microsiervos)
|
etiquetas: metal , olor , curiosidades