El 97 por ciento del alumbrado público de las calles y plazas de Madrid utilizan para su funcionamiento sodio de alta presión, la fuente de luz más eficiente para evitar la contaminación lumínica. La Administración local de la capital ha invertido más de 2,8 millones de euros desde el año 2003 en la lucha contra este problema, lo que se ha traducido en los tres últimos años en la sustitución de 73.000 luminarias. Buen ejemplo a seguir por el resto de los ayuntamientos.
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