La jueza sancionada había llevado el divorcio de la nueva pareja de su exmarido y la buena relación que mantenía con él propició que le contara detalles del proceso de divorcio. «Ella me pareció una sabandija total y absoluta, el crío de 15 años, cuya exploración realicé personalmente, totalmente manipulado, y el ex una víctima propiciatoria como tantos hombres en el divorcio. La verdad es que me dio mucha pena el hombre y ella me pareció una víbora con pretensiones de parásita»
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