Todo mecanismo de protección legal del trabajador ha saltado por los aires dejándonos frente a las empresas en la misma situación de igualdad que un cordero ante un lobo. Las personas que trabajamos en informática podemos aportar un plus a la protesta. Nuestro conocimiento en tecnologías en un mundo tan hiperdependiente permite abrir nuevas vías de reivindicación. Como han demostrado los trabajadores y trabajadoras de HP y Sadiel, Anonymous o el mismo
#15M, las reivindicaciones en este siglo deben tener una pata en la calle y otra en la red.