Cada vez quedan menos zonas verdes en el archipiélago balear, donde el desarrollo urbanístico parece no tener límites. El último caso, en la isla de Eivissa: el propietario de unos terrenos que hay entre las playas de Es Pouet y s’Estanyol podrá urbanizar la zona después de haber llegado a un acuerdo con el Consistorio, que le permitirá construir hasta 28 viviendas a cambio de unos 475.000 euros para las arcas municipales. El problema es que en esos terrenos, clasificados como suelo terciario de uso hotelero, se ubica un pequeño bosque en prime
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