Me gustaría compartir el optimismo que derrochan algunos analistas respecto al 15-M, me gustaría de veras pero no puedo. Tengo la terrible sensación de que el citado movimiento se ha estancado (en el mejor de los casos) o ha llegado a un punto de no retorno (en el más dramático de los panoramas). Transcurridos ya seis meses desde que se tomaron las plazas, es hora de hacer balance y ese balance no se vislumbra especialmente halagüeño.
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