Es un mantra que se repite allá donde vamos, una pesadilla que día tras día nos horroriza nuestro momento más intimo. No es algo anecdótico, sino, una constante que nos persigue en todos estos años de viaje y que nos cuesta asimilar. Una pregunta que siempre se repite. ¿Por qué no me habré quedado en casa?
|
etiquetas: humor , baños , viajar