Los ocho años de gobierno de Clinton ralentizaron su ambicioso plan, pero tras la llegada de Bush al poder se revitalizó. Así, empresas como Vinell instruyeron a ejércitos de medio mundo, como la guardia real de Arabia Saudí o las tropas turcas encargadas de la represión del pueblo kurdo. Ambos ejércitos han sido acusados de practicar las torturas más terribles. ¿Es casualidad que Vinell sea propiedad de Carlyle, la empresa vinculada a la familia Bush? Con la guerra de Irak, las PMF han adquirido una relevancia aún mayor.
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