El base de la selección de Yugoslavia que acabó con el dominio de la URSS da un repaso a su vida. Se atrevió a pasarse la pelota como si fuese voleibol en un partido contra los soviéticos. Estuvo en la "batalla de las tijeras", en la que Grbović amenazó con unas tijeras al italiano Meneghin y fue captado por las cámaras dando patadas en la cabeza a alguien. Habla de su infancia en el Belgrado comunista y llora cuando recuerda al Mariscal Tito.
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