España es el único país de la Unión Europea que cultiva a gran escala alimentos transgénicos (o modificados genéticamente), mientras que en otras grandes potencias agrarias, como Francia o Alemania, está prohibido. Según datos de 2011, por ejemplo, se calcula que hay unas 100.000 hectáreas de maíz transgénico en nuestros cultivos. Su ubicación es secreta, a pesar de que la legislación europea exige la creación de un registro público con la localización exacta de los mismos.