La última operación ha sido en El Puerto de Santa María (Cádiz). La Agencia Tributaria, gracias a sus agentes del Servicio de Vigilancia Aduanera, abortó una trama que trató de introducir 630 kilos de hachís en el puerto deportivo de Puerto Sherry. Todo se había hecho a plena luz del día. Y un domingo. Los narcos aprovechaban la escasa vigilancia de estos muelles y las jornadas festivas, de intenso tráfico en el mar, para camuflarse, como si fueran pescadores aficionados, entre los demás barcos. La estrategia de las mafias ha cambiado.