La universidad pública debe reforzar su relación con la sociedad civil, y puede plantearse captar fondos del sector privado, pero, llegado el caso, la condición fundamental pasaría por que fuera la propia universidad, con autonomía, democracia y transparencia la que gestionara, dirigiera y gobernara dichos fondos y dichas colaboraciones. Sin embargo, la UCM acaba de ratificar su venta a la empresa privada. Se permite la entrada, mediante pago, de intereses privados en la práctica totalidad de la vida universitaria.