Las recientes elecciones han demostrado que la socialdemocracia europea ya no sabe dirigirse a los millones de electores víctimas de las brutalidades del mundo postindustrial engendrado por la globalización. Esas multitudes de obreros desechables, neo-pobres de los suburbios, mileuristas, excluidos, jubilados en plena edad activa, jóvenes precarizados, de familias de clase media amenazadas por la miseria. Capas populares damnificadas por el shock neoliberal...Y para las cuales, la socialdemocracia no parece disponer de discurso ni remedios.