Este año podría comercializarse una patata creada por ingeniería genética. Utilizando una técnica denominada interferencia por ARN, los científicos han silenciado los genes que hacen que el tubérculo se magullle y se oscurezca cuando está expuesto al aire, las dos características que condenan al vertedero cerca del 30 % de las cosechas de este alimento. Las nuevas patatas contienen además hasta un 70 % menos de un aminoácido que sometido a altas temperaturas se transforma en un compuesto cancerígeno.
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