Cultura y divulgación
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Los callos del tanatorio

Al final yo también sentí que le debía un adiós así que ese día les acompañé al tanatorio. Un local debajo de uno de los dos bares que hay en el pueblo y de los mismos dueños, que se encargan tanto del velatorio como de la merienda posterior. Pensé en una misma factura con las raciones de callos y el precio del féretro en la misma hoja. Quizá un descuento si elegías hacer ambas cosas.

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