El arte es eso, una ausencia que se queda, un yo que no nos pertenece y se extiende más allá de la piel para impactar otras mentes. Omaid Sharifi entiende esa dimensión sutil porque nació en un país que – durante años – prohibió la expresión artística. Un país sin música, una ciudad sin cine, un pueblo sin expresión cultural: Afganistán. De esta idea nace el colectivo ArtLords, un proyecto que está llenando las calles de Kabul de color, motivando a la sociedad civil para que participe en la creación de un estado democrático.
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