Tenía un criado mucho que sufrir con el carácter original de su amo. Volvió un día este señor a casa de muy mal humor, se sentó a la mesa para comer; pero hallando la sopa fría, y cediendo a la cólera, cogió el plato y lo arrojó por la ventana. Ocurriósele entonces al criado, ir echando tras la sopa la carne que había puesto en la mesa, luego el pan, el vino y, en fin, los manteles. -¿Qué haces, temerario? -dijo el amo irritado, levantándose furioso. -P …