En países como España, por ejemplo, hasta el 90 % de los pacientes ignoran que lo tienen. Los afectados experimentan sensaciones descritas como “reptantes”, “burbujas gaseosas en las venas” o “quemazón” que les fuerzan a mover las piernas para aliviar temporalmente la angustia o la ansiedad que les produce. En los casos más graves, la persona afectada se tiene que levantar e, incluso, ponerse a caminar
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Lo digo porque lo de las piernas inquietas puede ser un síntoma de algo más grave.
A mí solo me pasaba, muy raro que me pase, en la pierna derecha en la cual tengo muy poca sensibilidad.
Creo que lo empecé a padecer después de una fiebres reumáticas a los seis años, lo llamaba calambres, después desasosiego.