El Gobierno reconoce que carece de «una varita mágica» para resolver los problemas de suministro y de falta de personal. Para paliarlo, el Gobierno ha recurrido al Ejército, que desplegó este lunes a doscientos soldados, de los que un centenar han sido formados para conducir camiones cisterna. El primer día en el que participaron en la distribución de los combustibles el número de chóferes era de «más de 65», según la BBC. Según la asociación de minoristas, un 20% de los surtidores de sus socios en la región no tiene combustible.
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