Los oscuros, o anticubos como le dicen, están tan bien escondidos que a esta humanidad, la que habita en un planeta tierra con hombres descendientes de monos, nos queda difícil de entender, porque, aun que nos duela, somos demasiado torpes en comparación de los antiguos seres que habían habitado el planeta de Fez. O por ende un poco más torpes que Phil Fish.
Para este, un aplauso sincero que merece el diseñador de un juego independiente con escasos recursos económicos para proponerse el objetivo de ser tan absurdamente ambicioso.