El futuro de la humanidad es inquietante. Pero yo no soy partidario de la posibilidad de la predicción histórica. Ahora bien, de lo que sí se puede hablar es de tendencias. Y las tendencias hacia el colapso civilizatorio ya existen, unidas, además, al fascismo económico, la pérdida progresiva del poder político, de los derechos sociales y civiles, la disminución del estado del bienestar. Y todos engañados por ese mito del progreso y esa creencia ciega en la tecnociencia. Y, además, adormecidos por ese nuevo opio del consumo que atonta a ...