Si bien Suecia, como miembro de la Unión Europea, no puede, en la mayoría de los casos, firmar sus propios acuerdos comerciales con otros países, constantemente empuja a la UE a analizar datos y considerar este tipo de puntos ciegos de género durante las negociaciones. Desde entonces, un puñado de otros países, Francia, Canadá y, más recientemente, México, han adoptado o anunciado intenciones de adoptar una política exterior feminista, aunque con diferentes niveles de aspiracición.