La Policía ha actuado en Burgos, Logroño, Pamplona, Zaragoza y Madrid en la llamada Operación capucha. La Policía Nacional ha detenido a 64 ultras de cinco provincias por protagonizar escenas violentas antes de los partidos de fútbol que enfrentaban a sus respectivos equipos. Los arrestados proceden de Burgos, Zaragoza, Madrid, Logroño y Pamplona y están relacionados con “desórdenes públicos y riñas tumultuarias violentas”. La macrooperación policial, llamada “Operación capucha”, ha tratado de reducir la presencia de grupos radicales para conte

Que la violencia ha descendido en el fútbol español es un hecho irrebatible. Que no ha sido erradicada es otro. Y lo sucedido en la última semana es la prueba. De los saludos nazis realizados por ultras del Atlético de Madrid en Eibar a los insultos racistas recibidos por Iñaki Williams en el estadio del Espanyol, pasando por los altercados sucedidos junto al estadio espanyolista y Mestalla. La violencia sigue estando muy presente.

La Policía Local de Valencia ha detenido a once ultras del Getafe por alteración del orden público, en las inmediaciones del estadio Ciutat de Valencia, donde el equipo madrileño juega ante el Levante en el partido del sábado que abre la jornada 22 de La Liga.

"El fútbol internacional es la guerra sin disparar". La frase es de George Orwell y esta Eurocopa le está dando la razón más que nunca. Tras los sucesos de Marsella, Europa ha redescubierto al ultro ruso. Sin embargo, el cuadro estaría incompleto hablando solo de ellos. Un campeonato con 24 selecciones ha llevado hasta Francia a un buen puñado de extremistas con demasiadas cuentas pendientes entre ellos. O con todo diferente, en general.

Bellocco habría disparado a Beretta en la pierna y este habría reaccionado con varias cuchilladas en la garganta que le provocaron la muerte. No hubo más implicados. La pelea entre ambos, mortal para Bellocco, podría estar relacionada con una trama mucho más profunda de negocios ilegales que ahora la Fiscalía de Milán está investigando.

Otro bulo que triunfa en las redes sociales: ahora varios usuarios difundieron la supuesta noticia de que el tuitero ultra Alberto Caliu se habría suicidado por la presión de la izquierda de estos días, después del suceso del niño muerto en Mocejón

La UEFA ha abierto una investigación por el gesto realizado por el defensa turco Merih Demiral, autor de los dos goles que dieron la victoria a su equipo ante Austria en el partido de Eurocopa. Los celebró con un gesto asociado a los ‘lobos grises’, un grupo de extrema derecha.

No, Pedro Sánchez no va a votar y es recibido por un grupo de personas que le abuchean. Pedro Sánchez va a votar y es acosado de manera organizada por un grupo de provocadores ultras, situados de manera conveniente para construir la escena que se difundirá en medios afines.

Domingo, 13 de enero de 1991. Como cada día de partido, miles de aficionados del RCD Espanyol pululan por el barrio de Sarrià. A la salida del estadio, algunos se quedan a tomar algo por los bares de alrededor. A esa misma hora de la tarde, a 800 kilómetros, el FC Barcelona concluye su visita al Carlos Tartiere de Oviedo. Es el momento para que cinco Boixos Nois abandonen un bar y se suban a un Ford Fiesta con sed de venganza. Esa tarde de invierno el fútbol español inscribirá su primera víctima mortal por hooliganismo.

Irene Montero, candidata de Podemos a las elecciones europeas y ex Ministra de Igualdad, pela un plátano con la boca durante un podcast. El video del momento fue compartido por la activista trans Dita Dubois.

En Inglaterra, ya en los años 30, la extrema derecha trató de instrumentalizar el fútbol para ensanchar sus filas. En los 70, en estos espacios, marcados por la mentalidad grupal y un nacionalismo exacerbado, se infiltraron militantes del Frente Nacional y, desde su periódico Bulldog, lanzaban consignas de a ver cuál conseguía ser el estadio «más racista de Gran Bretaña» Cuando el West Brom tuvo a tres negros, Regis, Cunningham y Batson, estalló la competición. Les hacían gritos simiescos en cada estadio y empezaron a lanzarles plátanos.

Para una buena parte de la ciudadanía, el movimiento ultra no tiene apellidos y sin embargo en el caso de Borja Bauzá aparecen unos cuantos: "Mi grupo era discreto, apolítico y mantenía una relación con la violencia que puede definirse como anecdótica". Bauzá fue, efectivamente, un ultra, pero este no es un libro de sus vivencias tato como una investigación sobre un hecho social. Leer 'La tribu vertical' requiere repensar todo un fenómeno, entender que no es unitario, ni homogéneo, ni sencillo.