No, no es buen sitio un titular para escribir: ¡Hija de puta! Les hablaba el otro día de las palabras porque las palabras no sólo significan, sino que tienen su hábitat. En realidad, como saben, ese "hija de puta" no me pertenece, es todo d el magistrado Francisco Javier Martínez Derqui y de las dos soplagaitas que le rieron la gracia. Esa palabra sí es mía. No puedo decir otra cosa de la fiscal y la letrada de la Administración de Justicia que acompañaban en la orgía de falta de profesionalidad al juez. Soplagaitas, por no decir otra cosa peo