El pasado sábado 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes, un hombre se suicidó en el número 54 de la madrileña calle Hernani, justo enfrente de la casa de la ex ministra del PSOE y ex vicepresidenta del Gobierno, Teresa Fernández de la Vega. No hubo noticia, ni lamentos, ni nombres, ni apellidos, ni nota policial. Los suicidios, en España, se tapan para no avergonzar al Gobierno, a los diputados, a los políticos y a los banqueros