Manuel nunca había estado ingresado hasta hace siete meses, cuando se desplomó en el metro. Le llevaron al Hospital 12 de Octubre, en Madrid, y allí le diagnosticaron un cáncer de pulmón. "Yo siempre había oído que de cáncer se moría uno rápido. Claro que me asusté, luego ya te vas mentalizando". Desde hace cerca de cuatro meses, vive en el Hospital Laguna, en Madrid, uno de los dos únicos que existen en España dedicados exclusivamente a los cuidados paliativos, aquellos que recibe un paciente cuando su enfermedad ya no tiene cura.