(...) Escuchando a Abascal me acordé del Podemos de 2014, cuyos diagnósticos siempre empezaban bien: corrupción, vicios del bipartidismo, crisis de representatividad, clientelismo, precariedad laboral… Y después caían en el delirio: no pagar la deuda, salir del Euro y de la Unión Europea, conspiraciones heteropatriarcales, gobiernos del IBEX, franquismo omnipresente, elecciones amañadas… Abascal canta una melodía similar, con otra letra.