Una nueva clase de toxinas polipeptídicas, las mambalginas, aislados en el veneno de la mamba negra, la serpiente más venenosa de África, pueden eliminar el dolor gracias un subtipo particular de canales iónicos sensibles a los ácidos (ASIC por Acid-Sensing Ionic Channels), tanto en las neuronas del sistema nervioso central como en el periférico. Las mambalginas tienen un efecto analgésico tan fuerte como la morfina. Siendo tan efectivas contra el dolor, tienen la ventaja de que no son tóxicas y no tienen contraindicaciones respiratorias.