A medida que la crisis económica fue mudando en depresión, se fue apagando la voluntad de nuestros gobernantes de corregir el statu quo financiero que la motivó. Durante la crisis de principios de los setenta había más voluntad de cambiar el sistema monetario internacional que ahora, que sufrimos una crisis mucho más grave, fruto de la descontrolada creación de liquidez y de la desregulación financiera que dicho sistema ha propiciado. Se hablaba entonces de cambiar el sistema vigente, gobernado por el dólar, para dar paso a otro más neutral,