Cuando somos pequeños, nuestro cerebro está capacitado para absorber una gran cantidad de conocimientos nuevos. Sin embargo, una vez adultos, nos cuesta mucho más memorizar o aprender cualquier cosa, sobretodo si hablamos de idiomas. Hasta ahora, para el aprendizaje de nuevas lenguas, habíamos recurrido siempre a los libros con sus normas, reglas,...pero si nos centramos en rodearnos de un entorno dónde se hable y se lea el idioma que queremos aprender, podemos conseguir mucho más; por eso hablamos de inmersión lingüística.