(...) La idea de tomar pequeñas cantidades de psicodélicos, sobre todo LSD y hongos mágicos, se ha puesto de moda en los últimos años en Wall Street y Silicon Valley, como medio para mejorar la creatividad, el rendimiento y la concentración. Sin embargo, el propio descubridor del LSD, Albert Hoffmann, utilizó microdosis de aquella molécula hasta el fin de su longeva vida, a los 102 años. Si nos remontamos más en el tiempo, muchos vegetalistas amazónicos han utilizado y recomendado a sus pacientes la ingesta de pequeñas dosis de ayahuasca.