Rechazada en la primera votación, por 180 votos contra 170, la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno, es de prever que también sea rechazada en la segunda. Este solemne repudio no es nuevo, pues, desde hace tiempo, los propios dirigentes del PP constatan y se asombran de la resistencia de otros partidos a prestarles apoyo. Aducen en su favor que en otros países hay relaciones fluidas entre los partidos y pactos incluso entre la izquierda y la derecha, mientras en España eso es no posible.