Los extranjeros que hace un mes cruzaban a comprar aceite, harina, alimentos y hasta combustibles en comercios instalados en la zona lindante con Paraguay, Bolivia, Brasil y Uruguay, volvieron a comprar en sus países de origen, donde los precios —hace muy poco tiempo— eran ampliamente mayores que en Argentina. El efecto, además, es que los supermercados de la zona perdieron su incremental de ventas, porque además les cayó la demanda interna.