En contraste, las actividades físicas que implican un juego, como los deportes con pelota, parecen reducir la excitación fisiológica, Así, los investigadores sugieren que las actividades que reducen la excitación son más efectivas para controlar la ira que aquellas que la aumentan. Por ejemplo, el yoga de flujo lento, la atención plena, la relajación muscular progresiva y la respiración diafragmática son estrategias efectivas. En lugar de buscar desahogar la ira, los investigadores sugieren neutralizarla reduciendo su intensidad.