Un artículo sobre la organización del Planeta: "el astuto fabricante de libros encarga sin el menor disimulo, a la vista de todos, a un escritorcete más o menos conocido, a un reportero, a un popular presentador de televisión, a una guaperas o a un guaperas de la jet o a un payaso, un libro a la medida de sus intereses, es decir, aliterario, vulgar, pedestre –“que lo entiendan hasta las porteras”, es uno de los axiomas de la filosofía planetaria--, sobre un tema de actualidad, mejor si escabroso, “con mucho tomate”, como decía el marqués."