Un grupo de científicos ha descubierto que los tigres casi no necesitan ocultarse para cazar porque su pelaje no resulta llamativo a ojos de las presas, las cuales los perciben de color verde. La clave está en los colores que estas pueden percibir. Animales, como los perros, los gatos… o los ciervos, que tienen visión bicromática: esto, pueden percibir como máximo dos colores primarios. Para los humanos, un tigre es, básicamente, de color naranja, pero para sus presas, entre ellas los ciervos, es verde.