El informe PISA ha sido el motor de la nueva reforma de la enseñanza por la que apuesta el PP, con un sistema educativo basado “en la calidad, el mérito, el esfuerzo y la mejora de contenidos”, pero en vez de apostar por la educación pública de calidad, se deja llevar por la innegable influencia de la Iglesia Católica, que recupera su situación de privilegio en el sistema educativo, pautando el resto de la reforma. Sin más consenso que la mayoría absoluta, el PP impone por rodillo la 7ª