"Tenía una cuenta de Facebook. Creo que al principio su uso era muy limitado", dice su madre, Kristina Cahak, a BBC News Brasil. Sin embargo, Kristina dice que durante los siguientes tres años su hija se volvió cada vez más "adicta", abriendo cuentas múltiples en redes como Instagram y Snapchat en las que usaba nombres falsos, sin que la familia lo supiera. "Le afectaba el sueño. A veces me despertaba a las 3 de la madrugada y veía luz en su habitación", recuerda Kristina, quién empezó a notar cierta melancolía en su hija.