Sabemos que el alimento de los conflictos, ya sea en Irak, Ucrania, Colombia o Sudán, es el hambre de minerales e hidrocarburos, con occidente como responsable principal ¿Entendemos que el saqueo no puede más que recrudecerse en un mundo multipolar enfrentado al pico de producción del cobre, el plomo o el fósforo, al colapso de los grandes bancos de peces o al agotamiento de grandes acuíferos estratégicos?