Ante la demonización y el ataque verbal preparados para minar la resistencia de la ciudadanía a las políticas neoliberales, a pesar del desaliento, a pesar de todas las piedras que quieren poner en el camino de la justicia social, los ciudadanos que queramos poder mirarnos al espejo con la cabeza alta cuando esto pase, nos debemos a la denuncia constante de estas manipulaciones de doble rasero. Porque los autores de toda esta larga retahíla de despropósitos, a la que tristemente nos acostumbramos, sólo merecen un calificativo: rastreros.