Los síntomas eran evidentes. Y, sin embargo, al soplar en el etilómetro, daba un resultado de 0,0. Porque, efectivamente, lo que habría consumido no era alcohol. Tras analizar la saliva del joven, el aparato reveló que, presuntamente, había tomado seis sustancias estupefacientes (o similares), entre ellas cocaína, hachís y anfetaminas.