Con una guerra y Rusia en ella, la referencia a Fátima es obligada, se quiera o no reconocer por este Occidente otrora cristiano creyente. En Tuy, el 13 de junio de 1929 Lucia tuvo una importante revelación en la que la Virgen le dijo que, pese al retraso en cumplir la consagración de Rusia pedida por Ella, al final «Mi Inmaculado Corazón triunfará: El Papa me consagrará Rusia, que se convertirá, y le será dado al mundo un tiempo de paz». La paz no vendrá por las armas, sino por este medio.