Durante meses estuvieron amenazándome de muerte todos los días, aparte de los que me pegaron, los llevamos a los tribunales y tuvimos la mala suerte de que la jueza debía de ser de una organización de éstas, o de extrema derecha o del Opus Dei, y, por lo tanto, a los que entran en un teatro e intentan quemarlo, pegan a tres personas: al actor, al autor y a la técnica, les ponen una pequeña multita de 30 euros. Con lo cual está abierta la veda para que todo aquel salvaje que no le guste algo puede: entrar, quemar, matar, asesinar, pegar…