Por paradójico que nos pueda parecer, Sánchez gobierna pese a ser el hombre más débil de la historia política reciente de España. Es débil como persona, pero lo es, sobre todo, como político. Por eso desde ayer, en que comenzó la ronda de consultas, no deja de recibir advertencias y amenazas de todos: Sumar, ERC, PNV, Junts… menos Bildu, que ya está encantada con sus pactos bajo cuerda. En el final del final, lo que padece Sánchez es su ausencia de dignidad… …nos encontramos al borde de la sima de la desaparición del Estado de Derecho.