Los familiares del almirante franquista Luis Carrero Blanco son considerados víctimas del terrorismo; no lo son, en cambio, los de Julián Grimau, Puig Antich, Txiki, Otaegui, Sánchez Bravo, Enrique Ruano, ni, claro está, los familiares de los miles y miles de combatientes republicanos que fueron asesinados entre 1939 y los años cincuenta en juicios que no eran tales, con “sentencias” que cubrían con falsos ropajes jurídicos crímenes del franquismo, terrorismo de Estado por decirlo más claramente