¿Al final será el Big Crunch?

 A principios del siglo pasado Edwin Hubble estableció una correlación entre la distancia de una galaxia y su desplazamiento al rojo derivado del efecto Doppler.

Lo cual implica que, a mayor distancia, más rápido el alejamiento entre galaxias.

De ahí nace la concepción de universo en expansión que incluso Einstein abrazó complacido, a pesar de que antes había intentando parchear sus ecuaciones con una constante cosmológica que pudiera compensar el resultado natural que éstas ofrecían y que aún hoy se sigue empleando para obtener universos a gusto del consumidor. ¿Cómo lo quiere usted, estático, expansivo, en contracción?

A tenor de las apreciaciones de Hubble y el posterior visto bueno de Einstein que vio reforzada su idea original y llegó a referirse a la constante cosmológica que la enmendaba como el mayor error de su carrera, el paradigma actual supone la expansión, además acelerada, del cosmos.

Sucede con la ley de Hubble, al menos hasta donde yo he podido comprender, y no parece demasiado compleja, que se ha escapado un pequeño detalle. Y espero ser yo el que está pasando algo por alto pero, ¿no nos han dicho siempre que cuando miramos estrella lejanas, estamos viendo, de hecho, el pasado?

Y fíjense si Hubble miraba lejos que su inconstante constante (parámetro lo llaman hoy, aún bajo discusión su cantidad exacta) se fija en una velocidad (en km/s) por cada Mpc (mepársec) que es una distancia.

Nos viene a decir que a tal distancia tanto aumenta la velocidad de alejamiento.

Según tengo entendido un megapársec son la friolera de 3,2161 x 10^6 años luz, o en cristiano: 3.216.100 años luz. Más de tres millones de años luz cada megapársec.

Desde luego que la ley de Hubble es muy interesante para saber como era el cosmos hace varios millones años, el tiempo que esa luz ha tardado en llegar hasta aquí, pero ¿qué tal si tratamos de ver algo más cercano al ahora y aquí?

Pues bien, resulta que nuestra vecina más inmediata, la galaxia de Andrómeda presenta un desplazamiento inverso en la luz que recibimos de ella, al azul. Lo cual, como además es bien sabido, implica que nos estamos acercando.

Está a "sólo" 2,5 millones de años luz, menos de un megapársec.

Y presentados los hechos, pasemos a las conclusiones e hipótesis final:

Si resulta que las galaxias que vemos más distanciadas (también en el tiempo) se alejan a mayor velocidad que otras más cercanas, como afirma la ley de Hubble, ¿no es motivo para pensar que la expansión está decelerando?

Parece claro que al mirar más atrás en el tiempo hay más velocidad, luego, si mirando información más reciente hay una reducción general de esa velocidad parece un motivo de peso para sostener que la expansión tuvo lugar y se redujo, por lo menos.

Eso vendría a confirmar como ya se entiende actualmente la teoría del Big Bang.

Pero ¿qué pasa si buscamos noticias más frescas? Pues que si nos ceñimos a la galaxia de al lado, no sólo esa expansión se ha decelerado hace mucho como indicarían otras referencias más lejanas, es que ya se habría revertido por completo la tendencia y apunta a un final del universo con un hermoso (a la par que doloroso) Big Crunch.

¿No se lo cree? ¿Cree usted firmemente en la expansión acelerada del cosmos? Pues aún tendría que explicar por qué al cosmos no le da la gana de expandirse entre Andrómeda y la Vía Láctea. Ah, ya que resulta que se acerca más de lo que la expansión la aleja. Bien, si usted se conforma con eso.

Y cabe recordar que cuando uno ve algo que sucedió hace varios miles de millones de años no tiene garantía alguna de que lo que está viendo siga ahí en el momento actual, ni siquiera sus cenizas, mucho menos que no haya visto modificado su comportamiento.

Pero insisto, espero equivocarme y que alguien pueda corregirme, por bonito que pueda ser un Big Crunch no parece un escenario demasiado halagüeño, aunque por otro lado incluso el paradigma actual da por hecha la fusión con Andrómeda en cosa de unos 4000 millones de años, día más, días menos.

Aunque de ser cierta mi conjetura no es tan mala noticia al fin y al cabo, devuelve a la noción de ciclo en la línea de los postulados del Big Bounce y peor sería una triste muerte térmica del universo en cualquier lugar del espacio bajo un cielo sin estrellas.