Tras presentar su anterior película, Sorry We Missed You, Ken Loach (87 años) decía en estas mismas páginas que no sabía si tendría la oportunidad de dirigir otra vez. Por un lado estaba su avanzada edad y, por otro, la dificultad de encontrar financiación para contar unas historias que parecen, cada día que pasa, más apartadas de nuestra desoladora realidad. Pero sólo lo parecen. Se trata de una falsa impresión. Podría pensarse, equivocadamente, que Thatcher ha triunfado y que la solidaridad ha muerto.