Por último, también me preguntabas por mis experiencias místicas. Como tales no he tenido, aunque creo sin duda en su posibilidad.
Hay dos cosas que podrían asemejarse a una experiencia mística. Intentaré describirlas, aunque sé que es bien difícil.
La primera ocurrió en unos ejercicios espirituales, que duraron tres días. No sé bien qué pasó... Desde luego ayudó el vivir esos días en una rutina de oración y meditación, con los ojos puestos en lo Alto, con los pensamientos fijos en Dios, recorriendo toda la historia de mi vida y lo que me había llevado hasta ahí. Sintiéndome pecador y al mismo tiempo agradecido por todo lo que Dios había hecho por mí. Una de las meditaciones me pareció especialmente hermosa, aunque soy incapaz de recordar ahora el contenido. Pero sí recuerdo que me quedé arrodillado en el oratorio aprovechando la media hora de descanso que teníamos hasta la siguiente, mientras que la gente se marchó. Me quedé solo, arrodillado, con los ojos cerrados. ¿Diría que sentí la presencia del Señor? No lo sé, pero algo sentí, como una brisa suave (así lo describe el profeta Elías, después leí ese texto y me sentí identificado), como un abrazo incorpóreo... Es algo imposible de describir, pero tan, tan hermoso. Sentí una felicidad enorme. Es todo lo que puedo decir...
La segunda es algo más terrenal. Me ocurre al mirar a mi mujer. Cuando la miro siento a veces dolor por no encontrar palabras o formas de expresar lo que siento, y en cierto modo asomarme a ese abismo del lenguaje, querer ir más allá de la expresión a través de la expresión misma, es un hermoso imposible. Me ha pasado esto algunas veces, sin necesidad de besarnos siquiera, sino estando tranquilo mirando su rostro. El rostro es tan importante. El amor se alimenta mucho de las miradas. A veces puedo estar "poco amoroso", y basta con contemplar durante un tiempo su rostro para que eso cambie. No son sensaciones que se tengan de continuo, porque sería imposible vivir… » ver todo el comentario
La postura de la Iglesia sobre las relaciones prematrimoniales, en un principio, me parecía válida por otro motivo: el aborto. Si el aborto es un mal, debe existir un vínculo de amor al menos suficiente para que, si hay un accidente, la pareja esté dispuesta a seguir adelante con el niño y educarlo juntos. Es precisamente la sacralidad de la vida lo que lleva a esta conclusión. Pero creo que hay más, mucho más, que este argumento.
La verdad, reconozco que intento siempre entender la postura de la Iglesia, porque pienso (o mejor, creo) que cuando dice algo suele estar justificado por razones antropológicas (y si algo se puede decir de la Iglesia es que conoce muy bien el corazón humano, con sus grandezas y miserias). En el tema sexual ha sido donde más dificultades he tenido. Por ejemplo, todavía no consigo entender por qué está bien usar el método anticonceptivo del ciclo menstrual pero no el preservativo dentro del matrimonio. Y más cuando a veces se defiende la efectividad del método de Ogino. Si tan efectivo es, ¿no supone tener relaciones tan cerradas a la vida como cuando se usa el preservativo? En fin, no lo entiendo. Pero creo que en el tema de las relaciones prematrimoniales sí puedo entender mejor las razones que se dan, al igual que al condenar la masturbación o las relaciones homosexuales.
Lo que he podido entender respecto a las relaciones prematrimoniales es, en primer lugar, que dificulta la propia relación. Si el noviazgo es el tiempo de discernimiento, introducir una relación que es expresión de una promesa definitiva (entre otras cosas, por la posibilidad de que alumbre una vida nueva) puede dificultar la reflexión de los novios sobre si la relación es la adecuada o no. Primero, por un problema de lenguaje: la relación sexual expresa algo (la donación total, incondicional y eterna) que no se corresponde con la realidad vivida, y por tanto la relación prematrimonial encierra una mentira. Y segundo, por un problema de libertad. El… » ver todo el comentario
Uno de los problemas de partida fue la disociación de sexo y amor. Es un desgarro interior difícil de comprender... Pero creo, y hablo desde mi experiencia personal más reciente, que se puede superar. En ese sentido, también reconozco que me hizo mucho bien leer y releer los puntos 2331 a 2400 del Catecismo. ¡Es tan bella la doctrina de la castidad! Animo a quien quiera a que los lea sin prejuicios. Y sin embargo, ¡no hay una palabra más denostada en nuestra sociedad que ésa! Qué pena no haber conocido antes esto, porque durante años he sido tan poco casto en ciertos comportamientos y actitudes, que eso ha ido sin duda aumentando ese desgarro abierto entre mi sexualidad y mi capacidad de amar, entre el erotismo y el lado afectivo. Es una herida que cuesta cerrar. Pero los esfuerzos que se hacen con la voluntad y la oración no son en vano. Es un tema en verdad un poco turbio, pero no me importa hablar de ello.
Yo siempre me hacía estas preguntas en los meses de abatimiento: "¿A quién debo escuchar más, a mi sexualidad o a mi corazón? Si de verdad quiero a alguien, con todo lo que ello significa, ¿no debería luchar todo lo posible, todo lo que esté en mi mano, por lograr ese dominio de sí que es la castidad, y poder entregarme al ser amado en todas mis dimensiones?" Estuve a punto de responder a la primera pregunta con la sexualidad, y tirar todo por la borda... por eso creo firmemente que mi mujer me salvó. Y eso que la atracción sexual hacia ella ha sido un camino lento, es verdad. Porque en ella no hay nada que despierte mi deseo tal y como lo vivía o entendía antes... Qué complejos somos los seres humanos...
Es realmente un misterio muy grande el de las tendencias sexuales. Yo considero que, aunque la psicología conductista, tan reduccionista, no puede dar cuenta de toda la extensión del problema, quizás me ayude a explicar una cosa. Y es que, en mi caso, puedo decir con seguridad que, si bien esa tendencia existía… » ver todo el comentario
#38 Gracias por tu respuesta. Solo comentaré que el sentido de la vida es un concepto muy abstracto y subjetivo. Si no tuviéramos conciencia el sentido de la vida sería el conjunto de nuestros actos y nuestra interacción con otros seres vivos y así es como entiendo que lo viven el resto de animales. El ser humano solo busca el sentido de la vida cuando no se siente bien del todo y ahí es donde las religiones (y sectas) encuentran su nicho de mercado. Así que bueno, cada uno es libre de buscar el sentido de la vida donde crea o sienta que más se ajusta a su persona pero tu respuesta es sesgada en el momento en que no añades que esa es solo una de las maneras.
Por otro lado, y ahí es donde creo que radica el quid de la cuestión, existe una tendencia clara del grueso de la sociedad a rechazar la espiritualidad venga en la forma que venga incluso aunque no sea en forma religiosa. Yo creo que todos deberíamos cultivar nuestro espíritu, cada día intentar ser mejor personas con nosotros mismos y con los demás y cultivar el amor por todas las cosas pero lo malo es que el mensaje católico (o religioso en general) está excesivamente dañado por personas que han asumido un papel no concedido de administradores de la verdad de dios (dios como concepto) o de un ser divino y que al mismo tiempo han usado ese papel para hacer justo lo contrario a lo que promulgan.
Son por estas razones por las que las religiones no aportan nada a la sociedad ni fomentan el libre albedrío de las personas:
¿qué es mejor, ser bueno porque lo sientes o porque lo dice dios?
#40 Osea, que seremos felices cuando muramos pero dependerá de nuestro paso por la vida en la Tierra. Me suena a excusa dado que las etapas de sufrimiento se alternan con las de felicidad y para justiificar su explicación garantizaremos que con la muerte llegaremos a la plenitud. Vamos a desterrar que antes de nacer nada éramos y cuando fallezcamos nada seremos, una frase que aterroriza a los que creen que después de la muerte hay otra vida pero que sin embargo es la explicación más lógica y plausible.
No comparto nada de tus planteamientos porque nacen de la fe y no de la conciencia crítica pero quería darte las gracias por tu tiempo.
Un abrazo de un ateo.
#0 ¿Por qué la Biblia se centra tanto en la zona de Israel, Palestina, Egipto y por ahí, y deja en el olvido a Oceanía o América? ¿No sería que aquellos que escribieron los libros eran de por allí y ni conocían estas tierras? ¿Acaso los nativos americanos no podrían haber llegado a Dios de un modo similar? De eso modo no habría más que una religión teosófica cuanto menos. Esto me hace pensar que Dios es un invento del ser humano.
Al igual, que cuando uno escucha a Cardenales y Obispos estar en tanto pecado mortal y que continúen cometiendo atrocidades a sabiendas que en ese caso irían al infierno. Y si ellos que son quienes más conocen la palabra de Dios, ¿no será que ellos sí saben realmente la verdad y por ello no se arrepienten? Recuerdo en una entrevista de Jordi Évole a un Arzobispo que pasaba algo así.
Una vez pregunté a un cura que me dio clase, que porqué la Biblia no era racional para entender las cosas sin interpretaciones, ya que 2+2 es lo mismo en Cuba que en Pekín y en todas partes. ¿No debieran ser así los dogmas? Que no caen en distintas interpretaciones y por tanto en más de 1000 ramas del cristianismo por ejemplo. Me dijo que la Biblia es un libro de fe no de ciencia.
#0 ¿Has visto las películas The Man from Earth y/o La última tentación de Cristo? En caso afirmativo, ¿qué opinas?
Por otro lado, ¿no crees que la Iglesia Católica se ha amoldado siempre a la sociedad para no perecer? Como asi lo reflejan los distintos Concilios. Tal vez algún día, si se quedasen sin devotos aceptarían a los gays y que las mujeres pudiesen dar misa por ejemplo. ¿No ocurre lo mismo con la existencia de un Dios o Demiurgo? Puesto que se pudiese demostrar la existencia, la no existencia como tal tampoco se podría demostrar, salvo tal vez conociendo todo el Universo. Y que por esta razón, la Iglesia se acomode y adapte, diciendo incluso que si existiesen otras especies extraterrestres, ¿también fuese Dios quién las crease? Pero en ningún Evangelio se cita nada fuera de la Tierra si no me equivoco.
¿Considerarías viable la idea de la panspermia y que Dios no fuese más que una especie de biólogo extraterrestre?
Por último, si se lograse la inmortalidad humana, celularmente hablando, ¿no iría esto en contra de las leyes de Dios? "De polvo naces y en polvo te convertirás".
Gracias por participar. De un agnóstico teísta a día de hoy.
#0 Respeto tu opción de creer en dioses aunque, por supuesto, no comparto esa opción ni tan siquiera como un "sentimiento grupal" (creo que me entiendes cuando digo ésto).
Te quería preguntar una cosa: Teniendo en cuenta el daño que han hecho las religiones (en general, no una en concreta) a lo largo de la historia, no sólo los asesinatos y torturas en nombre de Dios, sino el daño en el avance de las sociedades junto el subdesarrollo y el atraso que produjo durante siglos en la cultura, la ciencia y la tecnología, ¿cómo es que alguien con formación científica puede estar orgulloso (te lo digo con todo el respeto) de proclamar que cree en una de las religiones que más daño han hecho?
No te has planteado otras religiones o sistemas filosóficos. Tengo entendido que el budismo y el sintoismo no son religiones en sí mismas sino sistemas filosóficos. ¿Por qué elegiste la religión católica y no un sistema filosófico? Al fin y al cabo, no tienen esa "mochila siniestra" con la que vienen de fábrica las religiones mayoritarias.
#50 Evidentemente es mi opinión, por supuesto, pero reconoce al menos que es una opinión bien fundamentada.
Y no es desolador vivir así: sabes que tienes una vida e intentas aprovecharla al máximo, aunque reconozco que para un ateo morir tiene que ser más duro que para un creyente...
#38 Siento quitarte el velo de los ojos, pero eso de que tu dios premiará a los justos y castigará a los injustos en otra vida no es más que una mentira reconfortante inventada por los poderosos para apaciguar a las masas de oprimidos: "no luchéis contra vuestros opresores, tendréis vuestra recompensa en el cielo".
#42 Pero por la impresión que me da, aún cuando te considerabas ateo/agnóstico ya estabas muy metido en el mundo religioso. Sea por el entorno personal o por otra razón, en tu historia tampoco da la impresión de que dejases de creer en la iglesia demasiado. Incluso el hecho de considerar tu experiencia como un pecado, cuando por lo que se intuye, son cosas que pueden pasar por mucho que pueda ser duro asumirlo.
Por todo esto no parece por tu relato que hubieses llegado a ser realmente ateo, si acaso agnóstico. De cualquier forma, ¿no crees que la Iglesia es tan solo una institución humana y como tal las "verdades" (de las que hablas en otro comentario) que propugna son salidas de humanos y no tienen nada de divino? ¿O crees que Dios les da ordenes directas a los dirigentes acerca de las reglas que debe seguir la Iglesia, siendo que estas formas de pensar fueron evolucionando durante la historia (Dios quizás se aburría y cambiaba de opinión)? ¿Por qué aparte de convertirte a católico convencido, crees que debes dar tanta importancia a la institución de la Iglesia como se intuye en tus mensajes?
Y en ese sentido, ¿que opinas de asuntos controvertidos como el aborto, el matrimonio homosexual o los anticonceptivos? ¿Tienes la misma opinión que la iglesia? Si es así, ¿antes de tu "conversión" opinabas distinto?
Quizás demasiadas preguntas, pero están bastante enlazadas entre ellas.
#26 He hablado de esto en varios mensajes, sobre todo en #42.
Evidencia desde luego no. Se trata sobre todo de una creencia. Pero creo que algo puedo decir al respecto de las evidencias.
Recuerdo una charla filosófica a la que asistí, sobre la fenomenología. Lo que intentan con su método es enfrentarse a los hechos-en-sí, tratando de eliminar todo apriorismo, y considerando a todos los hechos, sin prejuicios. En particular, estudiaron el hecho religioso con este método, y, según el conferenciante, ello propició que, en la lectura de santos y místicos, la mayoría se convirtieran. Esto desde luego fue así: Husserl, Scheller, Edith Stein, etc., partiendo de posturas ateas o agnósticas, terminaron convirtiéndose al cabo de los años, fuera por la razón que fuera.
Esta idea me gustó: mirar sin prejuicios la realidad toda. Y que los milagros forman parte de la realidad no cabe duda (es decir, por lo pronto se habla de ellos, igual que se habla de unicornios). Así que, por mucha repulsa intelectual que cause, es necesario también considerarlos, estudiarlos, hablar de ellos, y esto fue lo que hice.
Me centré en unos pocos: la Sábana Santa, las apariciones de Fátima, la curación que propició la conversión del premio Nobel de medicina Alexis Carrel en Lourdes, los exorcismos, etc. En ellos, si uno (al menos, yo) se sitúa con un escepticismo amplio (poniendo la interpretación o visión del mundo en tela de juicio, como he dicho más arriba), la explicación más plausible es la literal, la del milagro.
En la Sábana Santa hay hechos que de otro modo parecen difícilmente explicables: que una falsificación medieval alcanzara tal grado de perfección, con esa técnica de la quemadura superficial de la tela; que la imagen sea, si se tiene en cuenta el grado de quemadura, tridimensional; que haya fragmentos de polen de Palestina; que el Cristo se muestre crucificado de un modo diferente al que se creía en la Edad Media, etc.
#0 Gracias por venir a compartir algo tan íntimo, además en un lugar tan dado a las críticas como menéame jejeje
Mi pregunta es sobre lo que más me ha interesado cuando leía la entradilla, donde hablas de una conversión. Veo que ya se te ha preguntado sobre el tema (por ejemplo en #30), así que leeré la respuesta cuando llegues a esa pregunta, pero quería insistir en ella porque me ha parecido que puede ser un aspecto interesante. En definitiva: ¿nos podrías revelar lo que buenamente puedas de cómo fue tu proceso de conversión? Me interesa sobre todo saber si fue a raíz de reflexionar ante experiencias cotidianas, o bien a raíz de alguna experiencia de tipo místico/espiritual, que tengo entendido que a veces se dan, en un grado de intensidad u otro.
Por otro lado, como al leer tus comentarios me parece que no eres de los que se molestarían si se les menciona un libro que en principio no es muy católico (aunque habla mucho de Jesús), pero como te he visto abierto a explorar nuevas ideas, me atrevo a mencionarte un libro bastante heterodoxo pero que a mí en cierto modo me cambió la vida, la manera de entender las cosas. Se titula «La desaparición del universo», y su autor se llama Gary Renard. Habla ante todo de cómo "reencontrarnos" con Dios, entendido como nuestro verdadero Ser porque es un libro de enfoque no-dualista; centrado en Jesús y sus enseñanzas, pero desde una óptica mucho más allá del cristianismo tradicional (en un enfoque según el cual Dios es solo Amor, y no hay infierno, etc). Ya está mencionado, y si no te interesase a ti, de todos modos podría interesarle a algún otro lector de menéame que lea esto y disponga de tiempo y ganas para leer algo así.
En cualquier caso, gracias por pasarte por aquí, y a ver si comentas algo sobre lo que dije: tu conversión. Saludos.
#0 Habiendo sido ateo desde antes de mi primera comunión (ateo, no lo que hay por aquí ) también he vivido una conversión, en este caso al cristianismo protestante (se siente ) Y me considero bastante racional y muy crítico lo cual no me impide creer aunque fuera el último creyente del mundo
No esperes que respuestas complicadas como las que has dado (muchas lo son) sean leídas. Alguna vez he respondido aquí Biblia en mano, con griego/hebreo, relacionando y no es el foro adecuado ni de cerca.-Suerte-, bendiciones
#11 En el supuesto de que animales y humanos nos moviéramos en el mismo plano ontológico y estos fueran al cielo ¿por qué serían solo los animales y no el resto de seres vivos? ¿Cuál es el criterio que determina si un ser vivo va al cielo o no?
Y si nos movemos en un plano distinto ¿En qué estadio de la evolución se nos encuadró en ese plano y por qué motivo? ¿Existía una predeterminación de pertenencia a ese plano en forma de proto-alma? ¿Genéro Dios la vida de forma determinista consciente de que en cierto estadio de la evolución podría cualificar a ciertas especies para transitar de plano ontológico?
#11 ¿Y apartir de que tamaño van al cielo? ¿Un estafilococo va al cielo?
Por otro lado, si nos metemos a creer, ¿por que no creemos en el spaghetti del monstruo volador? El creo a todo, inclusio a Dios. Preguntame lo que quieras de el. Tambien hay escrituras y sus tallarinesco brazos todo lo alcanzan.
Por último, también me preguntabas por mis experiencias místicas. Como tales no he tenido, aunque creo sin duda en su posibilidad.
Hay dos cosas que podrían asemejarse a una experiencia mística. Intentaré describirlas, aunque sé que es bien difícil.
La primera ocurrió en unos ejercicios espirituales, que duraron tres días. No sé bien qué pasó... Desde luego ayudó el vivir esos días en una rutina de oración y meditación, con los ojos puestos en lo Alto, con los pensamientos fijos en Dios, recorriendo toda la historia de mi vida y lo que me había llevado hasta ahí. Sintiéndome pecador y al mismo tiempo agradecido por todo lo que Dios había hecho por mí. Una de las meditaciones me pareció especialmente hermosa, aunque soy incapaz de recordar ahora el contenido. Pero sí recuerdo que me quedé arrodillado en el oratorio aprovechando la media hora de descanso que teníamos hasta la siguiente, mientras que la gente se marchó. Me quedé solo, arrodillado, con los ojos cerrados. ¿Diría que sentí la presencia del Señor? No lo sé, pero algo sentí, como una brisa suave (así lo describe el profeta Elías, después leí ese texto y me sentí identificado), como un abrazo incorpóreo... Es algo imposible de describir, pero tan, tan hermoso. Sentí una felicidad enorme. Es todo lo que puedo decir...
La segunda es algo más terrenal. Me ocurre al mirar a mi mujer. Cuando la miro siento a veces dolor por no encontrar palabras o formas de expresar lo que siento, y en cierto modo asomarme a ese abismo del lenguaje, querer ir más allá de la expresión a través de la expresión misma, es un hermoso imposible. Me ha pasado esto algunas veces, sin necesidad de besarnos siquiera, sino estando tranquilo mirando su rostro. El rostro es tan importante. El amor se alimenta mucho de las miradas. A veces puedo estar "poco amoroso", y basta con contemplar durante un tiempo su rostro para que eso cambie. No son sensaciones que se tengan de continuo, porque sería imposible vivir… » ver todo el comentario